29 de Octubre de 2015

Rascarse un picor es un problema peludo

Los investigadores de Salk arrojan luz sobre por qué los movimientos de cepillado en nuestra piel peluda hacen que nos rasquemos

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Rascarse un picor es un problema peludo

Los investigadores de Salk arrojan luz sobre por qué los movimientos de cepillado en nuestra piel peluda hacen que nos rasquemos

LA JOLLA–Un insecto se posa en tu brazo, moviendo los diminutos vellos de tu piel lo suficiente como para que quieras rascarte. Investigadores del Instituto Salk han descubierto evidencia de una vía neuronal dedicada que transmite la sensación de picazón provocada por un toque tan ligero.

Sorprendentemente, las neuronas espinales implicadas en la sensación de hormigueo causada por un ligero toque son diferentes de las que transmiten el dolor o un picor 'químico', este último provocado por la picadura de un mosquito o una herida en la piel que se está curando.

Aparición del 30 de octubre de 2015 en la revista Ciencia:, los nuevos resultados brindan información sobre los mecanismos potenciales de la picazón crónica, que es causada por una variedad de afecciones como el eccema, la neuropatía diabética, la esclerosis múltiple y ciertos tipos de cáncer. También puede ayudar a explicar por qué algunas personas afectadas por la picazón no responden a los medicamentos antihistamínicos de uso común.

Médula espinal dorsal

Una sección transversal de la médula espinal dorsal de un ratón muestra la estrecha relación entre las interneuronas inhibidoras que expresan NPY (rojo) y las neuronas sensoriales táctiles que surgen de la piel pilosa (verde).

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Imagen: Cortesía del Instituto Salk de Estudios Biológicos

"Este es el primer estudio que revela la presencia de una vía neural dedicada a esta sensación particular en la médula espinal", dice el coautor principal y profesor de Salk. Martin Goulding. La sobreactivación de esta vía, que muy probablemente evolucionó para detectar la presencia de insectos portadores de enfermedades en la piel, da como resultado un aumento del rascado similar al observado en pacientes que desarrollan picazón crónica.

La médula espinal contiene una variedad de neuronas llamadas interneuronas o "intermediarios" que procesan y transmiten información sensorial del cuerpo, incluida la piel. El equipo descubrió que algunos de estos "intermediarios" expresan una pequeña proteína llamada neuropéptido Y, o NPY para abreviar. Este neurotransmisor está presente en todo el cerebro y tiene varias funciones, pero hasta ahora nadie sabía qué hacían las neuronas NPY en la médula espinal.

En el nuevo estudio, el equipo de Goulding, en colaboración con investigadores del Dana-Farber Cancer Institute, eliminó selectivamente las neuronas NPY en la médula espinal de ratones adultos. Una semana después de eliminar esas interneuronas inhibitorias de la médula espinal, los ratones mostraron un rascado excesivo en respuesta al toque ligero sin ningún efecto en su respuesta al picor o dolor inducido químicamente.

"Esta fue una de las cosas más sorprendentes que encontramos", dice el coautor principal Steeve Bourane, científico investigador de Salk en el laboratorio de Goulding. El grupo observó comportamientos similares cuando utilizaron una estrategia genética química para silenciar las interneuronas que expresan NPY y que les impide comunicarse con las presuntas neuronas que transmiten esta forma de picazón.

Martyn Goulding y Jovanny Bourane

Martyn Goulding y Steeve Bourane

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Imagen: Cortesía del Instituto Salk de Estudios Biológicos

El hecho de que los ratones con deficiencia de NPY no fueran más sensibles que los controles a formas más contundentes de tacto y estímulos dolorosos, o incluso a sustancias químicas que provocan picazón, sugiere que el toque ligero utiliza su propio camino en el sistema nervioso para evocar el rascado.

Curiosamente, al registrar la actividad eléctrica en la médula espinal de ratones sin interneuronas NPY, los investigadores descubrieron que las neuronas NPY parecen inhibir selectivamente o bloquear las señales táctiles de luz provenientes de la piel vellosa, pero no de la piel no vellosa (glabra). como la piel que se encuentra en la palma de su mano. “Eso significa que probablemente haya dos circuitos sensoriales táctiles espinales diferentes, uno para la piel glabra y otro para la piel vellosa”, dice Bourane.

A Celular estudio publicado por el grupo de Goulding a principios de este año identificó a otro jugador en el circuito del toque ligero: las neuronas RORα. Los científicos están realizando estudios adicionales para mapear toda la cadena de neuronas que activan el rascado en respuesta a un toque ligero, algo que hasta ahora se ha pasado por alto en el campo de la picazón crónica, dice el equipo.

"En el futuro, tal vez podamos manipular o modificar específicamente la actividad de estas neuronas para ayudar a las personas con picazón crónica", agrega Bourane.

Otros autores del estudio incluyen al coautor principal Bo Duan y al coautor correspondiente Qiufu Ma del Dana-Farber Cancer Institute y Harvard Medical School; Stephanie Koch, Antoine Dalet, Olivier Britz y Lidia Garcia-Campmany del Instituto Salk; Euiseok Kim y Anirvan Ghosh de la Universidad de California, San Diego; y Longzhen Cheng del Instituto del Cáncer Dana-Farber y Universidad de Fudan.

La investigación fue apoyada por subvenciones de la Los Institutos Nacionales de Salud, la Fundación Caterina y la Fundación Caritativa Gatsby.

INFORMACIÓN DE LA PUBLICACIÓN

PERIODICO

Ciencia:

TÍTULO

Control de puerta del prurito mecánico por una subpoblación de interneuronas de la médula espinal

AUTORES

Steeve Bourane, Bo Duan, Stephanie C. Koch, Antoine Dalet, Olivier Britz, Lidia García-Campmany, Euiseok Kim, Longzhen Cheng, Anirvan Ghosh, Qiufu Ma, Martyn Goulding

Áreas de investigación

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